¿Qué es el sedentarismo y por qué es preocupante?
El sedentarismo se refiere a la falta de actividad física regular. Pasar largos periodos sentado o inactivo puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. ¿Cómo prevenir el sedentarismo?
Según la OMS, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad a nivel mundial.
Recomendaciones de la OMS para mantenerse activo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda:
- Adultos (18-64 años): Realizar al menos 150-300 minutos de actividad física moderada a la semana, o 75-150 minutos de actividad vigorosa.
- Niños y adolescentes (5-17 años): Al menos 60 minutos diarios de actividad física moderada a vigorosa.
- Personas mayores (65 años o más): Además de las recomendaciones para adultos, incorporar actividades que mejoren el equilibrio y prevengan caídas.
Estas actividades pueden incluir caminar, andar en bicicleta, nadar o realizar tareas domésticas activas. (who.int)

10 consejos prácticos (y completos) para prevenir el sedentarismo
1. Levántate cada hora, aunque solo sean unos minutos
Permanecer sentado más de 60 minutos seguidos afecta la circulación, la postura y la salud metabólica. Si trabajas en oficina o desde casa, programa alarmas cada hora para levantarte, estirarte, caminar por la casa o simplemente mover los brazos y piernas. Estas pausas activas ayudan a despejar la mente, reducir el estrés y mejorar tu enfoque.
Tip: Usa la técnica Pomodoro: 25 minutos de trabajo + 5 minutos de movimiento.
2. Usa las escaleras: un ejercicio cardiovascular sin equipo
Subir escaleras fortalece piernas, glúteos y mejora la salud cardiovascular. Si vives o trabajas en un edificio, elige las escaleras en lugar del elevador. Comienza con un piso y ve aumentando según tu capacidad.
Dato curioso: Subir escaleras quema hasta 8 veces más calorías que estar sentado.
3. Desplázate activamente: transforma tu camino en ejercicio
Caminar o andar en bicicleta en lugar de usar el coche o transporte público no solo reduce el sedentarismo, también es ecológico. Si no puedes hacerlo todos los días, intenta bajarte una parada antes o estacionarte más lejos.
Ejemplo realista: 20 minutos caminando al día (ida y vuelta al trabajo o escuela) equivalen a más de 100 minutos semanales de actividad.
4. Integra el ejercicio en tus rutinas diarias
No necesitas tiempo extra para moverte. Puedes incluir ejercicios durante actividades cotidianas: hacer estiramientos mientras esperas que hierva el agua, sentadillas durante los comerciales de TV o caminar mientras hablas por teléfono.
Idea práctica: Haz una tabla de 5 movimientos rápidos cada mañana (saltos, estiramientos, abdominales).
5. Haz pausas activas también en casa
Aunque no trabajes en oficina, muchas personas permanecen inactivas viendo televisión o usando el celular. Haz una pausa cada hora para moverte, bailar, limpiar o simplemente caminar por el pasillo. Las tareas del hogar también cuentan como movimiento físico.
Truco: Coloca una alarma en tu celular o un recordatorio visual en la sala.
6. Participa en actividades recreativas y divertidas
Moverte no tiene que ser aburrido. Busca actividades que te gusten: bailar, nadar, hacer senderismo, jugar con tus hijos o mascotas. Estas acciones generan placer y fomentan el hábito de manera natural.
Sugerencia: Prueba clases virtuales o gratuitas en YouTube (zumba, cardio, tai chi).
7. Configura recordatorios de movimiento con tecnología
Hoy en día, los relojes inteligentes y aplicaciones móviles pueden ayudarte a no olvidar moverte. Activa notificaciones cada 60 minutos y recibe pequeñas sugerencias de actividad. Incluso puedes usar apps que proponen retos diarios de pasos.
Apps recomendadas: Google Fit, Fitbit, Samsung Health.
8. Establece metas semanales de actividad física
Comienza con metas realistas como caminar 3 veces por semana durante 20 minutos. A medida que logres tus objetivos, puedes ir aumentando la frecuencia, intensidad o duración. Llevar un registro visual (calendario, app, diario) mejora tu motivación.
Consejo: Celebra tus logros semanales (no con comida, sino con descanso, un paseo o algo que disfrutes).
9. Socializa con movimiento: combina salud y vínculos
Hacer ejercicio acompañado mejora la constancia. Puedes salir a caminar con un amigo, unirte a grupos deportivos, bailar con tu pareja o jugar en familia. Esto también fortalece los vínculos sociales, lo que impacta positivamente en la salud mental.
Idea: Crea un “club de caminata” con colegas o familiares y propongan recorridos semanales.
10. Adapta tu espacio físico a un estilo de vida activo
Tu entorno puede ser un aliado o un obstáculo. Si pasas muchas horas sentado, crea un espacio que te invite al movimiento: coloca una banda de resistencia cerca, pon un tapete de yoga visible o usa un escritorio ajustable. Lo visual influye en tus decisiones.
Sugerencia: Coloca frases motivadoras, fotos de actividades físicas o calendarios con metas a la vista.
Beneficios de mantener una vida activa
- Mejora la salud mental: Reduce los síntomas de depresión y ansiedad.
- Control del peso: Ayuda a mantener un peso corporal saludable.
- Prevención de enfermedades: Disminuye el riesgo de enfermedades crónicas.
- Mejora del sueño: Favorece un descanso más reparador.
Incorporar actividad física regular no solo mejora la salud física, sino también el bienestar emocional y la calidad de vida en general.
Conclusión
Prevenir el sedentarismo es esencial para mantener una buena salud. Integrar movimiento en la rutina diaria con pequeñas acciones puede marcar la diferencia. No necesitas un gimnasio ni equipos caros: lo importante es moverte con constancia. ¡Empieza hoy!